Quiero pensar que todo recurso, por poco elaborado o trabajado que parezca, es susceptible de su tratamiento didáctico. Todo depende de la capacidad de ver más allá de lo que en principio pueda parecer y de sacarle el mayor partido. Es cierto que, dependiendo del mimo y de la persona que se enfrente a él, el partido a sacarle será mayor o menor.
Para ello es necesario tener en cuenta que en cualquier contendio a trabajar se puede enforcar de múltiples maneras; esto es, podemos presentar vocabulario, analizar imágenes, trabajar la comprensión lectora y auditiva, hacer una crítica constructiva sobre cualquier elemento, realizar comparativas, desarrollar la imaginación, y un sinfín de etcéteras.
Visto así, todo elemento que encontremos se puede aprovechar. Por ello, todos los recursos del ITE pueden ser efectivos y viables depende de cómo se trabajen porque, realemente, encontramos de todo.
He leído comentarios de los compañeros. algunos dicen que han encontrado, sobre todo en los proyectos, materiales estupendos y perfectamente planificados y estructurados. A simple vista es genial, pero yo me pongo a pensar en la aplicación práctica real que tendrían dichos proyectos en mi aula y es incluso posible que me requiera más trabajo tener que reestructurar todo para adaptarlo a mi grupo que realizar uno completo de nuevas.
No quiero ser malinterpretada. Con esto sólo quiero decir que lo que parece estupendo a simple vista es posible que no lo sea tanto, y lo que, no, que sí lo sea. Que conste que a mi me encanta que me den gran parte del trabajo hecho, sobre todo en lo que a la parte formal se refiere, pero que no hay que agobiarse sobremanera por ello.
Todo es cuestión de ver la cara positiva de la moneda.
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